La plaza de armas fue testigo del tradicional paseo de la bandera. Con la presencia de las principales autoridades del ámbito regional y municipal, la presencia del clero, fue fundamental, asimismo acompañando, el cuerpo de regidores. La bandera nacional ondeó con orgullo mientras recorría las principales arterias de la ciudad hasta el emblemático parque Micaela Bastidas, simbolizando la unidad y el compromiso de todos los abanquinos con su tierra.